lunes, 21 de julio de 2008

Buceando en el pasado

No hay nada que fastidie tanto como ver que algo en lo que has puesto mucho tiempo se va a hacer puñetas. Perder el portátil en el que llevas la única copia del borrador de tu novela (como le ocurrió a mi tocayo Alex de la Iglesia), que tu grupo se disuelva antes de llegar a grabar las canciones en las que llevas trabajando meses o años (como me ha pasado con la mayoría de mis bandas hasta hace relativamente poco)...

Y claro, si confías en que lo que tienes entre manos es una pequeña Obra Maestra pues puede ser una tragedia... Pero como yo tampoco soy un genio que vaya dejando un rastro de maravillas, sino más bien pequeñas incursiones diletantes en todo tipo de actividades (un par de cortometrajes por aquí, unos cuantos guiones de cómic ni pagados ni acreditados para Pedro Vera por allí, un tímido intento de hacer animaciones Flash más mal que bien por acuyá...)

Por eso, llevo mucho tiempo atormentado porque perdí un par de archivos de sonido en los que había invertido mucho tiempo (una tarde :D) y en el que había combinado de forma ingeniosa varias canciones no relacionadas pero que tenían mucho que ver entre sí. Lamentablemente, esta incursión en el "mash-up" fue enviada por e-mail a algunos amigos, que sin duda rieron unos segundos/pasaron del tema y lo borraron, para a continuación perderlo todo en una avería informática sin haber podido sacarme yo una copia.

Pese a saber con certeza que ese trabajo se ha perdido, siempre me he quedado con la esperanza de que a lo mejor en algun rincón de una de mis cuentas de correo sigue perdido uno de esos dos archivos adjunto a alguno de mis e-mails. De vez en cuando lo busco en las cuentas de correo electrónico que usaba en 2000-2002 que siguen existiendo, pero nunca encuentro nada.

Pero me reencuentro con mi pasado.

Me encuentro los e-mails de una chica que tras reírse de mí a la cara cuando traté de salir con ella tuvo la audacia de mantener correspondencia conmigo una temporada.

Me encuentro la génesis de mi antiguo [super]grupo "Senogul", en los que le digo a Eduardo el teclista, "además de ese bajista tan interesante que conozco, sé que al hermano de un ex-colaborador mío le gusta la misma música que a nosotros". Los dos acabaron convirtiéndose en pilares del grupo.

Incluso me encuentro los restos de mi incursión fallida como redactor en una web sobre videojuegos. Joder, qué verde estaba entonces.

Pero no he encontrado esos archivos de sonido. No he perdido completamente la esperanza.

No hay comentarios: