domingo, 13 de marzo de 2016

Adiós a los titanes (+ bonus tracks)

Anteayer fue 11 de marzo. Todos los españoles sabemos lo que supone esta fecha, sus macabras implicaciones. A la sombra de ese día, ayer recibí la más terrible noticia. Keith Emerson, el hombre que me arrastró para siempre al "prog rock", el equivalente en los teclados a Jimi Hendrix, se quitaba la vida al parecer de un disparo en la cabeza. Esa cabeza de la que habían salido obras maestras como "Tarkus" o como "Karn Evil 9" (mi canción favorita de todos los tiempos), y que pensó que ya no merecía la pena seguir viviendo al haber empezado a sufrir parálisis en los dedos y haber perdido la utilidad de dos de ellos. Sintiéndose hundido igual que un ingenio siempre ágil como el de Robin Williams al ver que empezaba a írsele la cabeza, Keith Emerson pensó que no era nada sin sus dedos. Es el poder asesino de la depresión, que nos impide ver lo bueno que tenemos y nos hace ver sólo lo que perdemos, o lo que nunca podremos tener si no lo tuvimos.

Por si no fuera suficiente, ayer también falleció súbitamente y con sólo 45 años Alejandro Blanco, el bajista desde hace 22 años de mi grupo español favorito, los Ilegales. Ese músico siempre sonriente y al que le quedaban tantos años de música por delante. Quiero recordarlo con este vídeo en el que se le ve haciendo lo que mejor sabía hacer (y en el que también se me ve a mí en primera fila cuando enfocan al público):

https://www.youtube.com/watch?v=xnLLv067Tl0

Descansen los dos en paz.


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*Entrada adicional*  EL MUNDO DE LOS SUEÑOS

Agotado tras este funesto 12 de marzo, me fui a la cama muy temprano y dormí montones de horas, como nunca suelo dormir. Esta larga sesión sólo la interrumpieron mis ganas de ir al baño. (¿Qué pasó al final del sueño de la Bella Durmiente o de Rip Van Winkle? ¿Nacieron las cataratas del Niágara?) Al abrir los ojos miro mis notificaciones del Tuiter y me encuentro la agradable sorpresa de una #fototetas (un #giftetas en realidad). Pero a lo que vamos. Todos los días duermo menos horas de las que me corresponde, lo que tiene el afortunado efecto secundario de que no sueño. Pero hoy sí me asaltaron los sueños, esas ideas incontrolables y crípticas que regurgitan las experiencias del día anterior, y nos obligan a confrontar dos cosas: lo que anhelamos y lo que tememos.

Mi sueño de anoche fue este: Estaba en una fiesta de empresa en Oviedo (!), y al ir haciéndose tarde, al no tener motivo para seguir allí, salí inmediatamente después que una compañera para irme a mi casa en Trubia. Pero al ser medianoche se supone que no pasan los autobuses, así que fui acompañando a la compañera hasta el portal (al principio de la calle Uría, junto a la estación de la Renfe) y ya me iba despidiendo, pero ella, al comentarle mi situación, me dijo "oye, si quieres puedes subir para estar conmigo". En ese momento paró a escasos metros de mí un autobús "L-3", y salí corriendo a cogerlo sin saber si era el mío o no (porque recientemente en Oviedo, y eso no es el sueño, es real, algún tarado rehizo completamente la distribución de líneas y su nomenclatura, creando un pifostio de los que hacen historia.) Sólo al dejar atrás a esta chica lo que me dijo "se registró" en mi cabeza, como dicen en inglés: no me ofrecía una cama para dormir, sino que me ofrecía "estar" con ella. Ay, ay.

Por supuesto, el autobús "L-3" de este sueño no iba a Trubia, así que tuve que bajarme. Ahí también me di cuenta de otra cosa: de niño yo había vivido en Trubia, pero ahora... ¡tenía un apartamento en Oviedo! Todo aquel paripé era inútil. En realidad, medianoche no era tan tarde y podía estar un rato más en la fiesta. Fui a la calle Toreno.

En aquella calle había un hotel. Se abrieron las puertas y salió un empleado mirando que no hubiera nadie en la calle, despejándola. Junto con otro empleado, se pusieron a esperar. Al poco alguien saltó por la ventana, del octavo piso. Pararon su caída. Siguió tirándose gente. (¿Había un incendio? No se veía fuego.) Se tiró una chica que no tuvo tanta suerte y cayó sobre un coche, me dio mucha pena el golpe. Pero no fue un tortazo de octavo piso de quedarse espachurrado, tuvo sólo el efecto de caerse de un segundo o tercer piso. A la siguiente persona que saltó, ya había un grupo de gente con una lona que la detuvo. Luego saltó por sorpresa otra persona, separándose mucho más de la acera, pero ya estaba por allí cerca otro grupo con una manta mucho más grande y la salvó. Final feliz.

Ah, el mundo de los sueños.


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*Segunda entrada adicional*  NIEVA EN MI CORAZÓN


Cuando pasé un tiempo en Irlanda hace diez años, usé cuatro discos como tabla de flotación:


Spock's Beard - SNOW
Neal Morse - TESTIMONY
Neal Morse - ONE
Brian Wilson - SMiLE


Neal Morse compuso y grabó el disco cumbre de Spock's Beard, SNOW, y después dejó el grupo sin llegar a tocar el disco en directo.

Ayer, el funesto 12 de marzo de 2016, recibí un email de la discográfica de Neal Morse informando a sus clientes de que el 15 de julio, a menos de 100 Km. de mi casa, el grupo se reunirá (parece que con la misma formación de entonces, si es cierto lo que me dijeron cuando les pregunté por la presencia del batería) para interpretar "Snow" en directo.

Pase lo que pase, siempre quedan razones por las que vivir.