miércoles, 9 de abril de 2025

Urban Jungle: la jungla urbana

Nostalgia de tiempos pasados

URBAN JUNGLE es un nuevo juego creado bajo la etiqueta genérica de juegos "cozy", acogedores, ese polémico juego nuevo que a veces resultan una agradable experiencia antiestrés lejos de las presiones diarias y de los requisitos de habilidad que ponen muchos juegos, y otras veces tristemente son juegos "de trabajar", la contradicción definitiva, el absurdo de dedicar tu tiempo libre a hacer un trabajo que normalmente no harías si no te pagasen, pero que cuando el diseño está bien ejecutado puedes acabar enganchándote a hacer un trabajo bien hecho. ¿En cuál de esas dos vertientes podemos ubicar ese título? La verdad es que no lo tengo claro, por su peculiar diseño, así que voy a tratar de resumiros de qué va esto.

La historia comienza en 1996, un año importante para mí por ser cuando inicié mis estudios universitarios, pero que en la historia del juego supone la despedida de la protagonista de su queridísima abuela en una escena con mucha nostalgia. Luego el juego irá dando saltos temporales que señalan la evolución vital del personaje, al irse a estudiar a la universidad, etc. La mecánica central es colocar plantas en tu casa y cumplir otras tareas secundarias que tratan de gamificar el trabajo de crear un espacio habitable como abrir las cajas de tu mudanza y colocar los juegos que contienen. El juego tiene un enorme potencial, pero tropieza con un enorme problema y es que no se basa en la mera creación y disposicion de un espacio habitable como en Animal Crossing, en el que puedes hacer lo que quieras sin que el juego te juzgue, pero en Urban Jungle hay un sistema de puntos y unos requisitos numéricos para pasar de fase, lo que lleva a que al final te enfrentes a la mecánica principal de un modo totalmente pragmático, por ejemplo amontonando todas las plantas de un modo muy poco equilibrado en una misma superficie porque es la que da más puntos. Esto se complica con unos requisitos de "esta planta agradece la presencia de esta pero odia la de esta otra, y necesita luz pero humedad", etc.

Yo que creía que este juego podía ser mi espacio seguro

Este juego puede ser una experiencia agridulce porque te hace enfrentarte a situaciones de estrés, que sí, puedes controlar al tratarse de un juego en el que manejas unas reglas establecidas, aunque puede ser complicado entender cuáles. Sé que hay gente para la que este juego puede ser maná caído del cielo, con la posibilidad de gestionar tu espacio, acariciar a tu gato y sobre todo llenarlo todo de plantitas a tu gusto, pero es muy posible que no haya llegado en un momento de mi vida en el que sea capaz de apreciarlo. Espero volver a jugarlo en el futuro, entender mejor sus mecánicas y quizá revalorizarlo, pero en este caso no puedo recomendarlo más que condicionalmente. La mayoría de los jugadores de Steam ven este juego muy favorablemente y estoy seguro de que los aficionados a las plantas estarán contentos de tener un juego que tiene como mecánica central su pasión, liberados además de las cargas de regar o sulfatar las plantas y teniendo simplemente que colocarlas, aunque yo personalmente no entiendo que esta mecánica se haya basado en valores numéricos que te disuadan de ponerlo en otros lugares donde habrías preferido poner cada tiesto.

Al menos tu compañera también ve Mobile Suit "Gungam"

URBAN JUNGLE ya está disponible en Steam por 11,99 €.


lunes, 10 de marzo de 2025

WYRMHALL: Cepillar y charlar

Es muy fácil que Wyrmhall: Brush and Banter se os pase totalmente desapercibido. Y sería una pena, porque es una pequeña joya.

Este juego no intenta ser perfecto y al hacerlo resulta ser grande pese a su brevedad

El planteamiento del juego no parece muy ambicioso. Eres una pequeña goblin a la que le encargan ocuparse de un kiosko de limpieza de objetos mágicos en la plaza del pueblo durante una semana y parece que no vamos a vivir nada excepcional, dado que (spoilers) todo el juego transcurre para nosotros dentro del kiosko y nuestra perspectiva viene a ser un poco como la de "Papers Please", aunque sin tener para nada el nivel de estrés de aquel juego, donde sufrías unos límites de tiempo implacables. Aquí cada objeto que te traen supone un reto distinto, pero sólo en dos momentos tienes prisa: cuando un personaje te pone como límite para limpiar el objeto un minuto y cuando un competidor te reta a limpiar tu objeto antes que él el suyo. Por lo demás, es un juego relajado y superamable en el que incluso cuando algunos objetos peligrosos pueden provocar tu muerte basta con dar a un botón para volver a intentarlo sin mayores consecuencias.

Ni la muerte es definitiva en este juego.

No hay ninguna presión, y además debido a lo bien escrito que está el juego, con un tono siempre desenfadado e imaginativo, incluso los personajes potencialmente odiosos acaban resultando entrañables y apenas un mero fastidio pasajero para la protagonista.


Aunque parece que no hay nada en juego, iremos viendo que hay un misterioso plan maligno que podría afectar a todo Wyrmhall, aunque nuevamente con ese tono de fantasía infantil que hace del juego tan agradable. Al final de tu aventura tendrás que tomar una decisión de la que dependerá tu destino y que variará según los personajes a los que hayas ido ayudando durante el juego. No esperaba que todo fuera a ponerse tan serio de pronto, y sea cual sea el final que escojas, que te ofrecerá distintos dioramas presentando el destino elegido mientras suena una melodía hermosísima, el juego consigue tener impacto emocional y ganarse tu cariño con su sentido de la maravilla.

¿Era esto lo que querías?

A nivel mecánico, el juego es muy sencillo: tienes que limpiar el objeto que te presenten los pintorescos personajes que se acercarán rotándolo en tres dimensiones para ver los distintos tipos de suciedad y eliminarlos con la herramienta adecuada (que en muchos casos puedes identificar por tener el mismo color que la suciedad). Si el objeto tiene unos bultitos naranjas, usarás el cepillo naranja. Si son unos hierbajos verdes, usarás el trapo verde. Si son unos bichitos azules, los guardarás en una bolsa azul, y así. También tienes una lupa mágica para ver bichos invisibles y posteriormente obtendrás unas tenazas para quitar babosas y una daga para quitar grandes bolas endurecidas de mugre. Cuando limpias todo, el objeto brilla un instante para avisarte que no sigas y que ya puedes hacer sonar la campanita que indica que ya has acabado la limpieza y que el cliente puede recoger el objeto y pagarte echando fichas en un bote (que más bien parece de propinas). Hay algunos casos en los que si no limpias con mucha precisión puedes activar una trampa en el objeto con un desenlace fatal, y eso puede llevarte a la pantalla de intentarlo de nuevo o a una cinemática en la que el fracaso se incorpora a la historia.


No sé, hay veces en las que te lanzas a probar un juego sin esperar nada especial y al final eso es justo lo que te encuentras, un viaje especial. Wyrmhall es una experiencia breve (en mi caso, tres horas y media antes de iniciar la segunda vuelta para completar los logros) pero memorable que entra directamente entre mis juegos favoritos de este año, y espero volver a jugar pronto la semana completa de juego para hacerme con un par de logros que no conseguí el primer día y también el del final malo al que te lleva tomar una serie de malas decisiones al no ayudar o responder groseramente a los clientes. No perdáis de vista este juego, en el que el único defecto que le encuentro es que no hayan incluido una traducción al español, y espero que si algún día lo hacen mantenga el tono coloquial tan simpático del original.


Wyrmhall: Brush and Banter ya está disponible en Steam.

sábado, 25 de enero de 2025

Civil War (2024) - Guerra civil, ¿película cobarde o prudente?

Civil War es una película inteligente. Su intención es evidentemente mandar un mensaje de advertencia a EE. UU. sobre su futuro y lo hizo usando el enfoque más astuto: haciendo imposible identificar los dos bandos de la película con los del mundo real para que un trumpista no se negase a verla de antemano al saber que la película le atacaba. Eso permite que la película mande un mensaje claro: SI NO OS PONÉIS LAS PILAS, ESTO ES LO QUE VA A PASAR. La película tuvo éxito en taquilla en EE. UU., pero las elecciones posteriores demostraron que no captaron el mensaje, y ahora cada día que pasa están más cerca de que todo eso se cumpla.


Para envolver ese mensaje, la película va de una fotoperiodista legendaria acompañada de un periodista adicto al riesgo, y se les suma el mentor  orondo y viejo de ella y también una chiquilla estúpida que no sabe lo que hace, pero que más adelante en la película reconoce explícitamente que lo hace por el subidón: "en esta semana me he sentido más viva que nunca". Tras unas aventurillas arriesgadas pero de las que salen bien librados, Garland marca que comienza el tercer acto metiendo a unos chinos que se toman la guerra a chufa y se divierten un pelín demasiado, hasta que se encuentran un terrorífico Jesse Plemons, que vuelve a canalizar el agujero negro de humanidad de su papel en "Breaking Bad". Tras ese punto de inflexión, la recta final trata de asustar a los americanos mostrando lo que  podría pasar perfectamente en Washington D. C. y tras un giro melodramático bastante burdo que nos hace odiar a la niñata aún más por ir provocando la muerte a su alrededor en vez de hacerse a un lado y hacer bien su trabajo, la película acaba con una foto sobre los créditos que deja ese mensaje para que sus espectadores americanos se lo lleven a casa: "Os parecerá grotesco ver a vuestros propios soldados haciéndole eso al presidente, pero es el final inevitable de la ruta por la que seguís".


Lleva gafas totalmente rojas para indicar que su visión del mundo está teñida de sangre. SIMBOLISMO


Es una película de su momento, y su ambigüedad puede jugar en su contra (obviamente tiene detalles muy cobardes como hablar de la "masacre ANTIFA" sin entrar en detalles para que cada tipo de espectador piense en una masacre cometida POR los antifascistas o CONTRA los antifascistas, y hay gente que ha descartado la película como vacía por ello), y usa la típica gramática visual moderna de Alex Garland, con un personaje enfocado en primer término y todo el resto desenfocado, "ese tipo de música" de todas sus películas y una textura eminentemente digital, además de un ritmo lento que puede hacerse aburrido pese a saber que cuando pase algo van a correr MUCHO peligro. En fin, si os gustó "Aniquilación", seguro que esta también.


Aprovecho para comentar que ahora estoy dejando mis reseñas de cine en Letterboxd, no sé por qué, pero total, para regalar mis escritos a una empresa de internet, ¿qué más da esa base de datos de cine condenada a la decadencia y a traficar con los datos de sus usuarios o este blog de Google, una megacorporación ya claramente identificable como maligna y que tras romper totalmente la usabilidad de sus blogs sólo falta que se acuerde de su existencia para cerrarlos totalmente? Pero bueno, ya que estamos os daré un detalle que no he añadido a la versión de esta reseña que puse en Letterboxd: Alex Garland vuelve a hacer lo mismo que hizo de un modo extremo en "Sunshine", en la que daba a todos los personajes el final que deseaban (bueno o que temían) de algún modo. Aquí un personaje acaba teniendo una agonía superlírica con unas llamas que parecen estar en su misma cara y unas chispas espectaculares, y luego los demás comentan explícitamente que era el mejor final que podía tener de los otros posibles. Sobre el final de otro personaje importante ya no opino, porque es bastante estúpido y  melodramático, pero siguiendo esta típica lógica garlandiana, es posible que fuera "su destino". En fin, es una película potente pero dispersa ideológicamente. Verla tampoco será perder el tiempo.


EDIT: Y perdonad por añadir OTRO párrafo, pero es que esto creo que es importante y lo he pensado tras colgar el enlace a la reseña en Bluesky (alias "el Tuiter no nazi"): la escena que no he visto comentada en las reseñas que he ido leyendo es la de la comunidad que finge que no pasa nada, pero que tiene a unos garrulos con metralletas en los tejados. ¿Puede decir alguien realmente que esta película está vacía ideológicamente? Si se hubiera mojado, espectadores y críticos estadounidenses le hubieran dicho a Alex Garland "tú calla, inglés, que no entiendes este país". Y bastante se mojó realmente, aunque no quiera mostrarlo abiertamente ni en la película ni en las entrevistas que le hicieron sobre ella.