viernes, 3 de junio de 2022

Veneciafrenia y cinemafrenia

Tengo que empezar esta especie de crítica de "Veneciafrenia" aclarando que quizá se me hayan escapado algunos detalles cruciales para entender la película porque no le estaba prestando toda mi atención. Es lo que pasa cuando ves una película en la pantalla de un ordenador y no en una pantalla grande como corresponde. Pero es que, dada la mala reputación que se ha ganado en las redes sociales con su estreno y su disponibilidad en el catálogo de Amazon Prime, fue seleccionada para una "watch party" del canal Cinecutre y eso, lo quieras o no, ya crea una disposición bastante crítica a la hora de enfrentarse a ella.

Y lo primero que hay que decir es que no está mal rodada. Hay valores de producción y no "apesta a barato" (aunque unos cuantos planos digitales son demasiado obvios, como el del transatlántico que se mete en la ciudad). Los problemas que tiene son principalmente a nivel de guion y de actores, porque ahí nadie tiene mucho carisma.

(DESDE AQUÍ SPOILERS) La película se abre con una pareja de turistas que se encuentran con un bufón siniestro y van y le piden que les haga una foto. El bufón lo que hace es molerles a palos con su propia cámara (que curiosamente no se rompe, cuando al menos el teleobjetivo tendría que haber salido volando tras un par de hostiones) y los arrastra al interior de un caserón para matarlos, mientras engaña a los otros turistas que rondaban por ahí diciendo que no es nada, que es teatro callejero, y todos aplauden. Esa solución de guion tan "comiquera" es ingeniosa pero fuerza la credibilidad, que ya salta por los aires cuando el bufón psicópata decapita a un protagonista en un barco lleno hasta arriba de pasajeros sin que nadie se fije (?!!) y luego degüella a lo bestia a otra turista delante de todos tras amenazarla y absolutamente nadie le da importancia al pedazo de boquete que le ha abierto. Eso es tensar tanto la cuerda de la verosimilitud que ya se rompe y todo deja de tener sentido, salimos del territorio "detallito absurdo muy de cómic" y entramos en territorio del "nada tiene mucho sentido".

El problema es que la película no tiene claro qué quiere ser y tira para un lado y para el otro, dejando montones de cabos sueltos de paso. Al principio te retrata al grupito de turistas españoles protagonistas como gente profundamente antipática y hace que te caigan muy mal, con lo que... ¿la película quiere que los odies? No hay nadie que nos caiga realmente bien y que haga algo para ganarse nuestra simpatía (todos hacen un "simpa" sin cortarse un pelo), y cada vez resultan más antipáticos, llegando alguno de ellos a decir que se desentiendan de su amigo desaparecido y que sigan disfrutando de las vacaciones. Pero luego pretende que sientas pena por ellos cuando empiezan a irles las cosas mal. Uno empieza a preguntarse si realmente el título de "Veneciafrenia" se refiere a la propia esquizofrenia de la película, que siempre tiene ante si dos caminos y no sabe por cuál tirar, con lo que trata absurdamente por tirar por los dos caminos a la vez. ¿Los protagonistas son antipáticos y nos gustaría verlos morir? Sí. Pero ¿tienen que darnos pena y que lloremos con sus desgracias? Sí, también. ¿La conspiración es de toda la ciudad? Sí, en el hotel dicen que sólo les consta que llegasen cuatro personas, y en el bar con transeúntes aleatorios también dicen que eran cuatro. Pero ¿la conspiración era sólo cosa de dos maquinadores? Sí, también. Los dos maquinadores, ¿están dispuestos a todo? Sí. Pero no son mala gente, ¿así que quien mató a gente fue un "gemelo maligno"? (?!) Sí, también. Vale, ¿o sea que en el fondo son buena gente? Sí. Pero... ¿están dispuestos a sacrificar dos vidas por sus fines? Si, también. Bueno, pero la peli no se pasa, ¿no? No es gore, cuando el bufón pincha a turistas aleatorios les pincha en el pecho y no en el ojo o algo gore y superasqueroso, ¿verdad? Sí. Pero también hay algún detalle traumatizador como que al decapitar al chaval luego coge la cabeza que aún boquea y se mueve un poco, ¿no? Sí, también.

Y TODO ASÍ.


El Alex gordo dirigía películas mucho mejores.


La película es una completa locura, no en lo formal como "Balada triste de trompeta" pero sí en el fondo, con lo que sí que acaba siendo una "Balada triste de turismofobia". La banda sonora es funcional (Roque Baños no es el genio que Alex de la Iglesia cree, no es "el Jerry Goldsmith español") y tiene detalles de "mickeymousing" absolutamente imbécil e injustificado como el poner música de miedo como para darte un susto en cosas tan inocuas como que una de las protagonistas dé una voltereta hacia atrás en la cama (algo que no tiene ningún sentido salvo como pista falsa en plan "mira, fíjate para que sepas que ella también es una bufona maligna pero sin el disfraz puesto"). El guion es un caos de pistas falsas y cosas que no llevan a ninguna parte, y ya no sé si es que estaba muy despistado o qué, pero resulta que los llevan a una discoteca subterránea y luego al día siguiente van y no hay escaleras de descenso, sólo hay una señora mayor, y el comisario (que NO es de los malos, que es lo que estuve pensando media película) les dice muy cabreado que cómo va a haber una escalera a ninguna parte, que debajo sólo hay agua. Luego también hay una de las protagonistas (la más guapa de la pandilla, por cierto) que tiene una larga y penosa lucha sólo para que le claven tres ganchos en sendas manos y en la espalda y la tiran por una altura como de rascacielos para que quede ahí colgada y el bufón maligno luego pueda tirar un poco de los ganchos y hacer como que mueve una marioneta, una idea-pegote que queda mejor en el papel que en la pantalla. Bueno, y allí también pasa el mayor absurdo, hay una subtrama que no lleva A NINGUNA PARTE en la que el novio de una de las protagonistas que había pasado de ir a las vacaciones se presenta por ahí a reivindicar sus derechos de macho porque intuía que iba a quedarse sin novia (me imagino que pensaría que por cepillarse a alguien que conoció por ahí) y al llegar no aporta nada, porque ni ayuda contra los malos ni presta apoyo ni tampoco se lo cargan, es muy raro. Cuando lanzan desde las alturas a la guapa y se queda ahí colgada el tío se queda paralizado cuando va a intentar descolgarla su novia Ingrid García-Jonsson  (la flacucha que intuímos desde antes de empezar la película que es la "final girl" por ir primera en los créditos), luego hay una persecución contra el bufón maligno hasta que acaba cayéndose de un tejado, y entonces la Ingrid se abraza con el guia italiano simpático de mediana edad que les había estado ayudando y al que el novio había fichado antes como rival amoroso, y entonces al ver eso el novio confirma sus sospechas, y realmente eso era lo único para lo que había ido, "AH, PUTA, O SEA QUE SÍ, YO TENÍA RAZÓN", con lo que la manda a la mierda y con esa nota se acaba la película, la Ingrid acaba la película viva pero sola y sin novio y poniendo una cara de pena terrible... ¿por eso? Vamos, que la película mezcla churras con merinas y nos deja un embolado de tres pares, con dos cadáveres sacrificados, el resto vivos, todo aparentemente igual y la Ingrid con cara de pena porque la dejaron. Esto temáticamente es interesante pero no tiene absolutamente nada que ver con lo que estaba contando la película supuestamente, pero a mí me ha dado para medio párrafo. Eso es una cosa curiosa, que cuando lees una entrevista en el periódico con Alex de la Iglesia son las más interesantes, puede hablarte largo y tendido sobre cualquier elemento temático de su película y dices "joder, qué interesante y qué razón tiene", pero luego en la película final eso ha quedado como un pegote, como un quiste que daña la película. Recuerdo muy bien que cualquier entrevista sobre "800 balas" era más interesante sobre la propia película, que para él era la obra magna de su vida pese a resultar fallidísima, y así ha sido a menudo desde entonces, que ya no volvió a haber acuerdo entre lo que cuenta y cómo lo cuenta.

Mirad, no sé qué más decir de "Veneciafrenia" y de Alex. Me duele que uno de los mejores directores del cine español, que a veces considero directamente El Mejor, sea totalmente incapaz de distinguir cuándo hace una película buena o mala. También tengo que reconocer que algunas pelis suyas que he considerado malas han ganado en la revisión, que las he vuelto a ver y entonces he "entrado en razón". Por ejemplo, a mí me gusta "Muertos de risa", pero sé que mucha gente la odia, y que tiene motivos válidos. Pero es que lo que no se puede negar es que este director es como jugar a la ruleta, y ya no sabes si vas a encontrarte con algo interesantísimo o con una absoluta chufa. La gente ya no confía en el sello de Alex de la Iglesia. Tiene que ir con más cuidado.

Bueno, y luego está lo de los finales. Que no es un tópico, que es así. En serio, cada día estoy más convencido de que, una vez que tenga listo el guion con su coleguita Jorge Guerricaechevarría, debería contratar a un tercero, a un "script doctor" que arregle las derivas absurdas y que ponga orden al final.

1 comentario:

Andrea dijo...

Álex de la Iglesia lleva siendo el mayor "bluff" del cine español desde Mirindas Asesinas. No sabe rodar, no sabe escribir, no sabe crear tensión, cada guión suyo es un batiburrillo de mil referencias que abarcan desde los cromos del Bollycao hasta Italo Calvino pasando por Chicho Ibáñez Serrador. Tuvo la gran suerte de contar con Almodóvar de padrino para su debut y de que en el momento en que salió El Día de la Bestia N-A-D-I-E en el cine español tocaba el cine fantástico ni con una pértiga de tres metros.


En el país de los tuertos, el gordo es el rey.


Ayudó también que el tipo sabe promocionarse como nadie (la mitad de su carrera se la debe a su "amiguete" Segura y a su infinita capacidad para ponerse en ridículo en las entrevistas de promoción de los ñordos que rodaron juntos), y en su día supo arrimarse a gente como Tarantino, Robert Rodríguez o Guillermo del Toro. Lástima que no se le pegara algo de su talento, porque en los países donde no se lee Cinemanía puedes encontrar el DVD de El Día de la Bestia en el cesto de las gangas de los supermercados. Al lado de las pelis de vampiros de Jess Franco y los saldos de Steven Seagal.