sábado, 27 de mayo de 2017

Star Trek: La serie original: capítulo 2

Quién iba a decir que Star Trek, la serie original, me iba a resultar tan fascinante. Porque lo es... Hay muchísimo que comentar, desde luego. Vamos allá con el segundo episodio... (Aquí se puede leer la primera entrega.)

La primera impresión del capítulo es visualmente terrible... Al bajar al planeta, se ve que están en medio de cuatro elementos de cartón piedra con literalmente un mero telón al fondo. Vamos, como un escenario de teatro. Este tipo de cosas son las que hacen que un espectador moderno diga "uf, que tíos tan cutres, no sabían hacer las cosas... No entiendo cómo podían pensar que eso era aceptable."

Pero claro, como ya había visto los pilotos y había disfrutado allí de la alucinante pintura de máscara del legendario Albert Whitlock usada para el fondo en ambos capítulos (¿no podrían reutilizarla siempre? Mejor una cutrez guay que una cutrez triste), te das cuenta de que el uso de ese telón chungo es una mera cuestíón de dinero. Y entonces ya te mentalizas de que quizá el fondo del planeta sea secundario... Hay poco dinero para cada capítulo, y hay que procurar que ese dinero cuente. Es así también en las producciones actuales, aunque no seamos conscientes... El capítulo de Breaking Bad rodado todo en un decorado, el de la dichosa mosca, sirve para ahorrar el dinero que luego se invierte en que en otros capítulos haya espectaculares explosiones en las que los enemigos de Walter White acaban muy malparados.

El capítulo en sí empieza fuerte: por medio del montaje se nos muestra que una chica es percibida de forma distinta por tres personajes distintos. Sí, meramente por medio del montaje... Luego ya la serie vuelve a ponerse al nivel de la televisión de su época y se nos explica verbalmente mediante el cuaderno de bitácora del capitán que "entonces no nos dimos cuenta de que estábamos viendo a tres mujeres distintas". Bueno, se agradece el intento... Esa es una frase que se puede aplicar a gran parte del Star Trek de Gene Roddenberry,  "se agradece el intento".

Después pasamos a la nave y vemos a Uhura tirándole los tejos a Spock, que la rechaza explicando al espectador lo que pasa con los vulcanianos. Esto establece tres cosas:

a) Que Spock no tiene emociones.
b) Que Uhura anda salida como una cornisa.
c) Un precedente que luego Abrams abrazaría para su superficial reimaginación de Star Trek

El capítulo sigue su curso y los espectadores acabamos viendo que un alienígena mímico se hace pasar por la persona que vuelva loquita a quien tenga delante. El tipo que vivía en el planeta con su esposa (una mujer por la que McCoy sintió cosas en el pasado y se ve que aún en el presente), un científico o algo así, por lo que se ve estaba tan necesitado que soportó que el alienígena matase a su mujer y la sustituyese pese a ser capaz ya de reconocer al bicho. ¿Por qué lo aceptó? ¿Sería que el alienígena la chupaba bien? (EH, os parecerá un comentario muy burdo, pero si veis el final del capítulo es posible que penséis como yo.)

El alienígena consume sal y como ya apenas queda en el planeta, su única opción es sacársela por la cara (literalmente) a los seres humanos que se le cruzan, dejando unas marquitas rojas en el cadáver. El alienígena pierde la cabeza ante el bufé libre que le ofrece el USS Enterprise y se cuela haciéndose pasar por un camisa amarilla (el rojo aún no estaba institucionalizado para la carne de cañón). Al llegar, aprovechándose de que todo el mundo le ignora porque a ver, sólo es un mindundi en una nave abarrotada, va dando vueltas por ahí buscando una víctima y ve a una señorita muy apetecible (de ambas formas) con minifalda en plan azafata (sí, en eso la serie es muy rancia) cuyo único cometido parece ser pasear una bandeja con comida y un salero del siglo XX por la nave para llevársela a Sulu, que en aquel momento no tenía papel definido como protagonista y era simplemente un botánico loco. El alien... Porque digámoslo ya, este capítulo es un claro precedente de "Alien" (un bicho suelto en una nave comiéndose a quien se deja) y de "La cosa" (adopta cualquier forma y te joderá cuando te descuides). Pues el alien va siguiendo a la rubita hasta la sala de Sulu, donde tienen literalmente una mano metida en un guante rosa y dicen que es una planta. No, en serio, es literalmente eso.


El alien entra ahí haciéndose el inocente pero babeando ante el salero del almuerzo de Sulu, pero la mano actúa como si fuera un perro en las pelis de los Terminator y acaba espantándolo. Pero no pasa nada, Sulu saldrá de esta sin convertirse en sushi para el bicho y podrá convertirse en un miembro del reparto de verdad.

Lo bueno para el alien es que la nave sigue estando llena de opciones para la merienda. La próxima posible víctima reconocible es Uhura, y al poder leer los pensamientos de la gente, el alien se transforma en un negrazo que satisfaría sobradamente las ansias coitales de la negra del reparto. Tras seducirla con su mirada de "te voy a poner mirando a Cuenca" y hablando en swahili (!!!), está a punto de echarle un muerdo cuando una combinación de los avisos de megafonía llamándola al puente y la oportuna llegada de otros tripulantes la salvan de desaparecer de la serie en su primer capítulo en ella.

A cada minuto que pasa crecen las posibilidades de ser descubierto, además de su hambre. Acaba teniendo a su merced a McCoy, pero como están llamando al doctor repetidamente por megafonía, decide posponer lo de merendárselo y corre al puente disfrazado del doctor "Bones" para retrasar la alerta. Pero ya es tarde, porque ha dejado otro cadáver en la nave (un tripulante random con mono protector de aluminio) y su presencia en la nave va a resultar evidente.

No sé si debería seguir repasando todo el capítulo porque esto ya se está extendiendo mucho. Pasaré entonces a comentar un par de detalles del capítulo que me gustaron:

-Vemos a un Kirk enfadado y muy centrado en acabar con la amenaza, y no hay sitio para discursitos ni retórica sesentera, algo que sí manchaba el segundo piloto "Where no man has gone before". La expresión que más muestra en el capítulo es la de determinación y cabreo absoluto, y Shatner aparece concentrado, sin desparramarse. No sé si aquí me influye el hecho de haber visto este capítulo con el cojonudo doblaje "clásico" (ahora los doblajes televisivos de hace veinte años son clásicos, así de bajo ha caído esa profesión) en el que el gran Jordi Brau hace de Kirk, después de haberme tragado los dos pilotos en alemán para que lo entendiese mi hijo (el puñetero Netflix alemán no ofrece los doblajes españoles, sino los latinos, y lo que oí no me gustaba nada). Pero vamos, que a tope.



-Spock como solucionador de problemas. Tras ser el primero en darse cuenta de los caretos de loco que ponía McCoy y olerse la tostada, Spock se libra de que el alien se lo meriende debido a que "las sales de su cuerpo son distintas". (Vamos, que la de un salero y la de un humano sí, pero la de un orejudo vulcaniano no.) También resuelve el final del capítulo literalmente a hostias. Y es que...

-Aquí no se convence a nadie. Uno de los detectores de serie o película mala que tengo es cuando alguien al que le han lavado el cerebro apunta con su arma al bueno y este le dice: "No puedes hacerlo, Jimmy... ¡Tú y yo éramos amigos! ¿Recuerdas?". Y entonces ese lavado de cerebro desaparece mágicamente. Esa cutrez pasa en todas partes, en series rancias, en el típico anime de consumo con villanos que en realidad son buenos si se los convence o incluso en alguna de las secuelas malas de Terminator, creo que en "Terminator 3", cuando T-X reprograma al T-101 para que se cargue a John Connor, y El Poder De La Amistad (copyright Pokemon) se cepilla lo que es la programación de una máquina inflexible porque La Amistad Es Lo Primero.

Aquí no. El bicho casi se cepilla a Uhura y esta se libra de pura chiripa, no porque sea tan lista que note algo raro y se zafe del embrujo del negrazo. El científico del planeta, que se supondría que no es tonto, está totalmente absorbido (intentaré no bromear más con eso, a ver si lo logro, que queda poco para el final) por el bicho que se cepilló a su mujer y actúa de forma irracional y errática por intentar salvarlo pensando que este quizá le demuestre el mismo aprecio que ha desarrollado él (spoiler: NO). Y McCoy, finalmente, también sucumbe a su hipnosis de una forma tal que no es capaz de mover un dedo contra el alienígena (no, es Spock quien tiene que intentar sacarle a la fuerza del trance) cuando su identidad ha quedado clara de forma racional. La única forma de que se le quite la tontuna es cuando por fin es capaz de ver la repulsiva forma real de la criatura. Y vaya forma. No voy a poner aquí una captura, sino que recomiendo ver el capítulo para descubrirlo. Digamos que está claro en qué se dejaron el presupuesto del capítulo... Telones cutres y plantas que son un mísero "hand puppet" a cambio de esto... La imagen horripilante de un ser sucio y turbio de boca succionadora, que seguramente me daría pesadillas si lo hubiera visto de niño, y que me habría impactado aún más si no hubiera visto ya su foto en internet, porque un bicho tan feo hay gente que cree que hay que compartirlo aunque sea fuera de contexto. Ay, qué grande es Star Trek.

(Vale, seguro que habéis ido inmediatamente a mirar el bicho... Sí, pese a los colmillos, ¿a que esa bocaza con fauces como de "el condón asesino" parece hecha para...? EJEM. ¡Soy un depravado!)

1 comentario:

Danda dijo...

Acabo de confirmar leyendo el libro de Cushman que el episodio fue tirando a barato:

"As it turned out, fewer new optical effects were needed for this episode than most and the cost for those was therefore kept on the low side -- only $8,680.

(...)

"The Man Trap" came in $8,099 under the studio per-episode allowance, for a total cost of $185,401."